El kaleidoscopio es un instrumento compuesto por un tubo que contiene en su interior tres espejos y en un extremo dos láminas de vidrio entre las cuales hay varios objetos de figura irregular. Al observar por el extremo opuesto mientras se va volteando el tubo, miles de imágenes simétricas, infinitas e irrepetibles aparecen fundamentadas en el principio de la reflexión. La multiplicidad de aspectos, intereses, gustos, ideas, cambios, imágenes, formas y figuras que conforman mi vida se funden metafóricamente en un kaleidoscopio. Te invito a ver y a leer una parte de lo que puedes observar a través de mí.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Pedazos de una autobiografia


Me pidieron que escribiera una pequeña autobiografía y la verdad no pensé que me iba a costar tanto. Mientras la escribo empiezo a recordar esas cosas que no colocare ahí.
Recordé que en prekinder mi maestra me regañó por dibujar “edificios redondos”, ya que según ella no existían, así que mis padres me llevaron de paseo por Caracas, buscando edificios cilíndricos para demostrarme que no era cierto lo que la maestra decía. También coleccionaba puntas de creyones y quería tener de tantos colores como fuera posible hasta llenar una caja de zapatos. Pero nunca la llené. Me encantaban los libros de cuentos que tenían pestañas para levantar y los que tenían fotos con efecto 3d, me gustaba romperlos para ver si había algo más detrás del plano. Cuando encontraba una lagartija muerta le hacia una urna con las cajitas de las joyas, la dejaba un rato destapada porsiacaso revivía. Lo mejor era ir a la playa y lo divertido de hacer huecos en la arena era la posibilidad de llegar al centro de la tierra o llegar al otro lado del mundo, como en las comiquitas. Quería ser un gomosito para entrar a los libros. Yo creía que la luna nueva era una uña. Como la mayoría de los niños le temía a la oscuridad y siempre pensaba que la virgen se me aparecería una noche, cosa a la que le tenía terror. Tampoco me gustaba sentarme en el último pupitre de la fila, porque al lado de éste había un afiche de Jesucristo cuya mirada me seguía a todas partes. Amaba el olor del proyector de diapositivas de 35 mm y también el de los libros nuevos del colegio. Tuve un renacuajo como mascota, lo conseguí en una fuente y vivía en un vaso de plástico hasta que le comenzaron a salir las patitas, así que mi mamá me llevo a un parque a devolverlo a casa, fue muy triste. Nunca me gustaron los payasos y en su lugar prefería a los magos. Una vez me regalaron un kit de magia para que aprendiera trucos, pero me decepcioné porque nunca pude sacar un conejo de un sombrero.