El kaleidoscopio es un instrumento compuesto por un tubo que contiene en su interior tres espejos y en un extremo dos láminas de vidrio entre las cuales hay varios objetos de figura irregular. Al observar por el extremo opuesto mientras se va volteando el tubo, miles de imágenes simétricas, infinitas e irrepetibles aparecen fundamentadas en el principio de la reflexión. La multiplicidad de aspectos, intereses, gustos, ideas, cambios, imágenes, formas y figuras que conforman mi vida se funden metafóricamente en un kaleidoscopio. Te invito a ver y a leer una parte de lo que puedes observar a través de mí.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Lugares sagrados



Los planetarios son lugares sagrados para mi. Conciencia estelar, conciencia celeste.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Tiempo

Sobre la inutilidad de preguntarme cuánto tiempo o desde hace cuánto. Siempre te responderé con el tiempo percibido.

Estampida


Huyo mientras puedo

Pez abisal

Me gusta la gente bioluminiscente

jueves, 13 de octubre de 2011

Estática

La cama, la cobija, la almohada... se quedan tal cual como las dejaste, para hacerme la idea de que aún estás aquí.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Polvo






lunes, 1 de agosto de 2011

Identidad


Ciudadana... ¿del mundo?

sábado, 9 de julio de 2011

Día a día


El que esté libre de fobias, que tire la primera piedra

viernes, 10 de junio de 2011

Taxonomía de un monoambiente prestado



6:00 AM, Buenos Aires. Abro mis ojos y me levanto sentándome en esa masa amorfa, incómoda, manoseada, teñida con fluidos invisibles, ajenos; que parece hundirse hasta el infinito. Camino tropezando con los espectros de quienes alguna vez estuvieron allí: un tipo a quien todos llaman “el mafioso” y su amante, también una joven mujer distinguida y tal vez una pareja con un niño pequeño, estos últimos sugeridos por la línea rayada con crayola azul en la pared que soporta la mesa donde alguna vez derramé la leche en uno de mis primeros intentos de preparar un puré de papas. No la he querido borrar, el niño la dejó para atarme a la parte de mis 26 años que se niega a ser adulta.

En realidad, mi submundo está a cinco pasos frente a esa línea azul, ese espacio que incluso antes de ser habitado ya se había convertido en mi favorito. Una cuadrícula que brilla de lo blanca, con casillas para depositar mis sueños sin que puedan escapar huyéndole a mis miedos más profundos. Allí reposan los tres ojos mecánicos, que de vez en cuando saco de paseo, los libros de cine que pude traerme y el de cocina fácil que mamá me regaló antes de volar. Lleno los espacios vacíos con mi imaginación, proyectando las cosas que algún día compraré. La planta carnívora revela más que mi afición por las plantas extrañas: parece sonreír siempre, como yo.

1:00 PM Me hace voltear hacia la derecha el olor de la pasta que preparé y ese humo latente, que por la costumbre terminé naturalizando. Soy lo suficientemente territorial como para no querer compartir mi espacio con tres moscas de la fruta que aletean en el lavaplatos, pero he optado por rendirme y dar media vuelta.
La ventana siempre está cerrada, pero ilumina todo de un costado como me gusta. El polvo que atraviesa los rayos de sol me recuerda al proyector de cine. El vidrio esmerilado me acompaña en mi obsesión por lo translúcido. Lo abro cuando llueve, buscando alguna coincidencia entre el granizo y yo, pero esto nunca ha sido posible hasta ahora.

Mi casa empieza a ser linda, porque yo me he encargado de disfrazar poco a poco cada rasgo que ha dejado otro, haciéndola más habitable para mí, pero no es mía del todo, sólo falta un detalle, aún los portarretratos están vacíos.

11:00 PM Me dirijo hacia el frente. Abro el closet y fácilmente encuentro mi pijama entre la poca ropa que una maleta pudo soportar. Vuelvo a la masa que se hunde hasta el infinito. Me acuesto. A mi lado, está ese pequeño artefacto invasor, esa suerte de portal sonoro que viene desde el espacio exterior con voces que desconozco y que trato de evitar en lo posible, pero que al mismo tiempo es el mejor puente que me conduce a mi verdadera casa, a mi familia. Ese pequeño aparato está sobre la mesa de luz, una caja bastante funcional para guardar los recuerdos.

Una noche mis despistes crónicos quedaron marcados en la madera de esa mesa, por la cera de una vela que nunca apagué. Así aseguré dejar mi huella para los habitantes posteriores, quienes seguramente se encontrarán con mi espectro justo en ese lugar.
Cierro los ojos.

martes, 31 de mayo de 2011

¿Quién?

¿Quién jugará conmigo a hacer burbujas de jabón?, ¿quién me llevará al planetario a ver las estrellas?.

lunes, 23 de mayo de 2011

Eritrofobia

martes, 15 de marzo de 2011

Sweet home, Buenos Aires



Vivir solo es...

Quitarse los lentes de contacto y no poder ver dónde pusiste los de pasta.
No tener quien te abra la puerta cuando tocan el timbre y estás en pijama.
No tener quien te ate el lazo de atrás de la camisa

sábado, 29 de enero de 2011

Partir

Extrañar antes de que haya llegado el momento de partir. Pensar en todo lo que se queda y en los que se quedan.

domingo, 16 de enero de 2011

Esto es felicidad

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viernes, 14 de enero de 2011

Adaptación

Hay personas que se adaptan a todo, como el agua. Digamos que yo... soy como la plastilina. Puedo tardar un poco.